sábado, 27 de marzo de 2010

Un deseo

Hoy quisiera pedir un deseo.
Por todos aquellos como yo, que desean desesperadamente encontrar paz en sus corazones, que transitan el camino incierto de no saber si el cielo existe para encontrarse con los que alguna vez amó y la vida arrebató.
Por todos los que aún tienen esperanza en el mañana y la transmiten, por aquellos que han sufrido más de una pérdida y siguen adelante.
También pediría por aquellos a los que la vida nunca les enseñó esta lección que me dio a mi, y que no se si es castigo u oportunidad. (hasta ahora).
Pediría por aquellos que se fueron, estén donde estén…
Un solo deseo: que la vida les de el equivalente de lo sufrido en felicidad.

Cuanto cambiamos...

Extraño la liviandad con la que vivía antes de que la vida me pusiera en esta situación sin retorno. Extraño despertarme y ser feliz sin recordar que somos tan efímeros y que nuestro paso en este mundo es tan fugaz que apenas alcanzamos a dejar huella. Quisiera no estar atada a esta posibilidad de elegir no estar mal para sentirme simplemente bien. La libertad se me impone de una manera tirana y cruda. Y tuve que llegar a donde estoy para darme cuenta que todo este tiempo, que pensé que era libre, estaba atada. Y que desconocía lo que era realmente sufrir por amor. Hubiese querido nunca tener que aprender de esta manera que lo material solo es un medio para estar mas cómoda solo cuando el corazón está contento.
Quizá al final del camino entienda que esta enseñanza solo se aprende realmente cuando se acepta con humildad.

viernes, 19 de marzo de 2010

Nunca digo adios

Nunca fui muy buena con las despedidas, siempre digo: "Hasta mañana.". no importa donde viaje. Si soy yo o es otro.. No soporto despedirme
A veces siento que todas aquellas personas que ocupan mi mundo, todos los afectos cercanos se terminan marchando. Se que es parte de la vida aceptar que se van. Sea al Japón a San Pablo o al cielo. La cuestión es que se van. Y todavía no puedo manejar la despedida. Los afectos que vienen acompañados con el Adiós y la necesidad insatisfecha.
Cuando estaba en el último trimestre de embarazo, sufría horrores porque sabia que Tío Toto (como yo le digo a mi cuñado) se iría a Montevideo a buscar una mejor calidad de vida. Pensaba como estando tan lejos nos íbamos a ver, que no iba a poder ver a su ahijada crecer y que yo iba a extrañar las noches en que me hacia compañía. Isabella y el jamás se conocieron.
Después de la partida de Isabella, todas las partidas se me hacen difíciles, aterradoras, remueven la tristeza de la despedida no deseada, la injusticia en algunos casos y la lejanía física cuando muchas veces es tan necesario el contacto.
Ahora se va mi amigo Martín, al otro lado del mundo,.Después de años de amistad estrecha y muchos afectos compartidos tengo que decirle adiós.. al menos por tres años que planea quedarse . No se como voy a seguir con mi vida sabiendo que esta tan lejos y que cada vez que esté triste el no va a poder estar al lado mío mientras lloro o no va a poder compartir mis alegrías. Se va y en el fondo, no creo que vuelva. Eso es lo que mas me duele.
El otro día el tío Ale (el otro cuñado que tengo ) me dijo por skype que se iba a vivir a San Pablo. Le dije que no, que ni se le ocurriese hacer una locura así… que yo no estaba para soportar mas despedidas.. que no podía procesar todas las que estaba teniendo y que lo necesitaba. Capaz lo piensa mejor y se queda.
No podemos controlar que hacen los que amamos… cada cual debe optar por un camino.. a veces distinto… otra senda u otro continente donde caminar y tenemos que aceptarlo.. Por mas difícil que sea vivir sin la presencia física del otro. Sin embargo, creo firmemente que debemos expresar lo que sentimos, en una de esas el otro se da cuenta de cuanto lo queremos o lo necesitamos solo cuando podemos expresárselo.
Yo mientras escribo estas líneas, lo sigo procesando para ver si algún día puedo decir adiós sin llorar, deseando con el corazón que el camino elegido los lleve exactamente donde quieren estar.




miércoles, 17 de marzo de 2010

La empatía y el dolor

Hoy ya es pasado mañana, me costo conectarme nuevamente con mi realidad teñida de esperanza. Para que mentir?

Es increíble. Jamás pensé que el sentimiento de dolor pudiera conectarme tanto conmigo misma pero también con los demás. Cada vez que hablo con un padre doliente o escuchamos que alguien perdió un hijo, se nos estruja el corazón. Eso es empatía.
Descubrir en nuestro interior el deseo de ayudar, transformar lo que sentimos por el otro en ayuda desinteresada, sentir lo que sufre el otro aún si no nos hemos conocido…
Durante toda mi carrera estudié lo que la empatía significaba… pensé “ponerse en el lugar del otro “ era cosa sencilla… y la verdad es que estaba tan equivocada!!
Podemos sentir empatía solo si somos sensibles, si podemos lograr conectarnos con lo que nos pasa realmente y luego “sentir” con el otro. Podemos entender el sufrimiento, pero solo podemos hablar de él, si hemos estado allí, vivenciándolo desde ese lugar. Y nadie quiere estar allí por elección! Será por eso que hay poca gente empática?

Estamos en este lugar y compartimos este sentir, único, distinto, quizás el mas doloroso de todos lo que alguien pudiera experimentar.. Sin quererlo se nos ha presentado la posibilidad de aprender del dolor. Ese mismo dolor que nos marca para siempre nos invita a descubrir una realidad plagada de emociones, afectos nuevos e historias únicas. Pensemos ,al menos un momento, que la palabra dolor pueda acercarnos al otro y transformarse cuando decidimos escuchar, compartir, llorar y descubrir en ese vínculo, que aprendimos a ser empáticos, también desde el amor.

lunes, 15 de marzo de 2010

Permitido llorar

Si, hay días en que prefiero dejarlos en blanco.. Entonces uno empieza a pensar que es mejor dejar pasar las horas, llorar hasta no poder mas, o dormir hasta que se haga otro día. No se, quizá con la ilusión de que el reloj vuelva nuevamente a las 12 uno se renueve? olvide? vuelva el tiempo atrás?
Hay días en que por mas esfuerzo que pongamos, vemos todo gris, la vida no nos sonríe y nos cuesta continuar. No importa cuanto nos digan que tenemos mucho por delante, que somos afortunados? que somos jóvenes. Yo se, te entiendo y me pasa.
Mañana se cumplen 5 meses desde que mi hija partió y a pesar de que no estoy pendiente de las fechas, mi cuerpo se prepara para la tristeza. Inconscientemente mi corazón empieza a latir con mas intensidad, estoy sensible sin razón aparente y me duelen los brazos.
Cada mediados de mes, siento mas su ausencia -Donde debiera haber presencia, risa, llanto solo veo desolación. Se que son estas horas nada mas en donde no voy a encontrar consuelo alguno y me prometo a mi misma que en este tiempo tengo permitido llorar, sentirme mal y guardar silencio.

Pasado mañana volveré a luchar-


sábado, 13 de marzo de 2010

Riesgos de amar

Me quedé con una frase que escuché hoy "en cada sueño nace una responsabilidad". Me pareció interesante que en esa única frase resumiera lo más importante de nuestro presente. Sueño y responsabilidad.

Tuvimos un sueño, algunos muchos meses, otros menos, pero el sueño estuvo. Pudo ser inmenso, ambicioso o solo que se transformara en milagro. Por que ahora entiendo cuando hablan del milagro de la vida.(y recién ahora puedo asimilarlo).

Siempre supe, desde que buscamos a Isabella, que la palabra responsabilidad estaba atada a la palabra amor también. Fue una elección de dos personas que se aman, y si así no fuera también uno es responsable por esos mismos actos.

Lo difícil es hacerse cargo de ese sueño cuando no resulta como esperábamos. Y allí radica el desafío de nuestra realidad. Responsabilizarnos por algo que no pensábamos podría pasar. Como si hubiésemos "comprado" la garantía de que todo saldría bien. A los golpes y a costos muy altos, aprendimos que cualquier cosa nos puede suceder, buena o mala. Y que mas allá de que el resultado al que lleguemos cuando emprendamos un camino no sea el que nosotros anhelamos que fuera, siempre al final del mismo, tenemos la obligación de responder con responsabilidad. Dejar que la vida nos sorprenda con lo que decidimos soñar, aceptando humildemente lo que deba suceder y hacernos responsable de ese sentimiento. Ese es el riesgo de amar.

Bolsillo de emociones

Tantas emociones juntas, a veces, me atormentan. Si pudiera, armaría varios bolsillos para colocarlas. Llevaría uno donde colocar las alegrías, en otro las tristezas, los aprendizajes y en el último las sorpresas. Pondría entonces también, personas para llevar en cada uno de esos bolsillos. Como si fueran el reaseguro para compartir, cada experiencia que nos toca, con distinta gente. Sería tanto mas fácil!!
En mi caso, elegiría compartir las alegrías con mis amigas, a las que veo casi a diario. Para las tristezas, buscaría a Mamá (uno siempre en los momentos de dolor necesita ese vínculo primario en donde refugiarse). En el bolsillo del aprendizaje ubicaría a todos aquellos a los que pudiera ayudar con mi experiencia. Y en el de las sorpresas y sin dudarlo, a mi marido, para no aburrirme nunca, tener siempre anécdotas diferentes y que la vida con el jamás se transforme en rutina.
Claro está ,que no podemos elegir, que en la realidad estos bolsillos no existen. Pero si existen estos “lugares” en nuestra mente, en los que colocamos a la gente que querríamos que estuviera. Muchas veces, esta misma realidad, nos golpea una y otra vez y nos preguntamos a nosotros mismos: porque Fulano no esta en tal o cual situación? Porque a mi familia le cuesta tanto estar a mi lado cuando sufro? O cuestionamientos por el estilo.
La verdad es que muchas veces escucho la queja constante, lo que siempre pregunto es: le dijiste a Fulano que quisieras que comparta esos momentos o hablás con tu familia como para que se entere que hay días en que te sentís triste?
Sabe el otro que lugar queremos que ocupe en nuestra vida?
Siempre esperamos algo del otro y muchas veces no es posible que nos den aquello que necesitamos. Solo siendo claros con los demás podemos esperar o renunciar a lo que el otro tenga para darnos. A veces solo se trata de ser simples, sinceros y directos. Hagámosle saber que esperamos de ellos.
Que el dolor no nos impida ver al otro como ser humano que piensa y siente también a través de nuestro dolor.

jueves, 11 de marzo de 2010

Reflexiones de una noche mas...

Que puedo decirte que no sepas, que no sientas? Puedo aliviar tu pena con mis palabras? Si pensara que no, otro sería el camino. Encontré el mío, justo después de haberlo perdido. Otra historia pensé estaba escrita para mi, seguro para vos también. Y estamos acá, las dos, recorriendo el mismo dolor. Pero estamos juntas, por suerte, este espacio nos acercó o nos reencontró. La cuestión es no sentirnos solos en esta página de la vida que, yo denomino "desengaño".
Anduvimos vagando hasta ahora, con rumbo cierto, sin siquiera pensar que podíamos sufrir tanto, amar tanto, desear tanto. Y ahora que pasó, vemos todo con un matiz distinto. Como si la lente por la que miráramos la vida se hubiese vuelto, de repente, mas transparente. Y contrariamente a perdernos en este dolor, nos podemos reencontrar con el, con los demás y hasta con nosotros mismos. No seremos entonces afortunadas?
Mentiría si dijese que no daría todo lo que tengo para que mi “hoy” fuera diferente. Pero como se que no hay posibilidad de cambiar lo que ya pasó y tampoco que me resigne a llorar hasta el día que me toque partir, entonces decido dar vuelta la página y empezar con un capítulo nuevo en mi vida. Quizá no tan estructurado o planeado como era antes o con tanto dolor como en “desengaño”, sino un capitulo que integre todas estas momentos que hacen que yo se la que soy ahora.
Ojalá pueda en propia mi historia, tener mas capítulos y que la vida me sorprenda con diferentes emociones, que me recuerde que soy ínfima en relación a este mundo pero que también puedo marcar una diferencia. Y cuando digo “marcar una diferencia” me refiero a las mamás que diariamente me leen, o me escriben, o responden a otras Mamás con el deseo de ayudar. Solo habiendo estado ahí, uno puede entender el significado real del dolor, del desconsuelo, de la soledad.
Y esa misma soledad es la que nos mantiene unidas. Con un lazo invisible pero fuerte.
Unida por el dolor, encontramos el amor y la fuerza para seguir.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Dimensionar la pérdida

A veces me da la sensación que la gente que me rodea no dimensiona en realidad lo que perdimos. Perdimos la posibilidad de concretar sueños. De engendrar vida, de encontrar en un hijo nuestros mismos gestos, de emocionarnos con cada logro que ese hijo alcanzara. Más que perder, nos arrebataron sin razón lo único que anhelamos durante tantos meses. Y no tenemos a quien echarles culpa… tenemos que procesar solos esto que nos paso y que nos quita hasta las ganas de respirar y seguir viviendo.
Estoy harta de escuchar:…"son jóvenes, empiecen a buscar otro...”como si Isabella hubiese sido, en mi vientre, un pedazo de cálculo vesicular.
Entiendo que la gente no lo hace con maldad.
Sin embargo algunas veces quisiera, que al menos un solo día, experimentaran el dolor que siente un padre al perder un hijo, lo irracional de la muerte se vuelve entonces antinatural además de inconcebible. Solo así, no escucharía ya más esas palabras.. Sepan, prefiero los silencios.
Diariamente me contacto con muchas madres, como yo, que hemos perdido bebes. El desconsuelo es doble… no hemos podido festejar su risa, ni sostenerlos, ni pasar una noche en vela mirándolos dormir. Hemos sido engañadas por la vida creyendo que esa personita nos cambiaría por completo transformándonos en tres. Crecimos creyendo que la vida era algo simple, sin tanto sufrimiento. Mas si uno está rodeada de cuñadas o amigas con muchos hijos, seguramente nunca nos imaginamos que esto podía pasarnos a nosotras. Dimos por supuesto que el quedar embarazadas era igual que verlos vivir.
Y nos tuvimos que enfrentar, sin querer, sin pensar, con la penosa realidad de que nada de lo arriba mencionado, estaba garantizado. Y el mundo, tal cual lo concebíamos, se derrumbó. Con nuestros valores, nuestros amores, nuestras pertenencias… ya nada tiene sentido sin lo que mas deseábamos: ese hijo.
Un hijo que esperamos por tantos meses, que vimos crecer en cada ecografía, que nos sorprendió con enérgicas patadas, que la razón nos indicaba que debía nacer y finalmente no se quedó con nosotros… (Al menos el tiempo que querríamos). Y nos quedan años… muchos años en donde lloraremos todo lo que no vivimos, lo que no pudimos compartir, lo que debiera haber sido y no fue. En tanto y en cuanto vivamos vivirá con nosotros esa astilla en el corazón que jamás podremos sacar. Esperando que llegue el día en que nos reencontremos con el o ella para entender un poco mas de esta realidad que hoy se presenta oscura y carente de significado.
Mientras tanto, intentemos seguir adelante, buscando nuevos caminos, nuevos rumbos, nuevos amores que alivien nuestro corazón destrozado. Nunca permitamos que ese dolor nos trascienda porque mientras vivamos, nuestros hijos que se fueron, nos acompañarán.

lunes, 8 de marzo de 2010

Darnos cuenta

Cuantas veces pensamos que la vida pasa con tal rapidez que ni siquiera nos detenemos a mirar o disfrutar de lo que nos pasó, de lo que tenemos o el hoy mismo. Puede que en la balanza, algunos crean que las cosas malas pesan mas que las buenas. Yo pienso que para juzgar nuestra propia vida, primero tenemos que esperar que termine...no?
Lo que digo es... Muchas veces las cosas suceden naturalmente, otras luchamos incansablemente para lograr que esas mismas cosas pasen, y otras la suerte nos juega una buena o mala pasada... Sea cual fuere el caso, siempre nos queda una cuota pendiente "por cobrar". Como si el resumen de tarjeta de nuestra vida nos anticipara cuotas pendientes... y porque no pensar que esas cuotas pueden ser pagos por cosas extraordinarias que la vida no nos permitió tener, todavía? Y que claramente, cuando digo "por tener", me refiero a esas situaciones que nos llenan el alma o que sanan el corazón herido... O sorpresas gratas como nuevas amistades o nuevos vínculos?
Porque a veces tenemos terror a quedarnos con lo malo conocido que conocer lo bueno por venir?????? (odio el dicho que dice... mejor bueno conocido que malo por conocer). Yo lo pienso a la inversa... Dejo que la vida me presente opciones, personas, situaciones y decido cuales de ellas tomar, aceptar, conocer... Así me hago dueña de mi misma pero me amigo con la realidad que muchas veces puede ser dura e injusta, pero también generosa y compasiva.

jueves, 4 de marzo de 2010

International Babylost Mothers Day!


Cuando perdimos a Isabella, yo estaba tan shockeada, tan triste, tan todo lo que se pueda imaginar, que no hablaba, solo lloraba desconsoladamente dia y noche. Daba lo mismo si sentia frio o calor, si el dia estaba lindo o llovia. Yo estaba ajena a los estímulos externos, respiraba porque era mas dificil dejar de respirar que seguir respirando.

No tenia palabras para decir nada, el mundo literalmente se había acabado para mi. Nadie sabia que decirme... y yo habia perdido mi camino. Mamá me obligaba a bañarme y bajar a estar con mis dos hermanos que viven con ellos todavia. Dejó de trabajar para atendernos a Santi y a mi. Supongo que me vió tan mal que se imaginó que lo peor estaba por venir. Agradezco haberla tenido a mi lado, sin duda no habria podido subsistir si no me obligaba a comer, sentarme, bañarme, vivir.

Cuando se muere un hijo, uno se vuelve vulnerable, sensible al extremo, pierde su eje y en los momentos iniciales, deja de satisfacer sus necesidades básicas. Antes de volver a comunicarme, busqué por internet libros sobre la muerte, duelo o pérdida de bebes. No encontré mucho. Encontré Renacer y allí fuimos. Asistimos a las charlas, contamos nuestro caso, lloramos juntos muchas veces hasta que empecé a escribir y nació el blog. Me prometí a mi misma que haría lo posible por contener a todos aquellos padres que lo necesitaran como lo necesité yo y encontré, escribiendo, mi forma de ayudar.

Luego conocí muchos Papás que le pasaba lo mismo que a mi, o que habia tenido que afrontar el mismo duelo en algún momento de su vida. Me encontré con una Mamá en Australia que tambien había perdido su hijo al nacer. Ella se propuso establecer un dia, el 2 de mayo de 2010, como el dia internacional de Madres que han perdido bebés y me uní a su causa.

Estando tan lejos y habiéndonos escrito, le prometí que la ayudaría. A santi se le ocurrió hacer remeras, a Luz otra amiga de Miami se le ocurrio realizar una maraton, la idea es que todas podamos aunar fuerzas y contribuir a esta causa que es noble, que es real. Que somos Madres que tenemos una conexion, a pesar de la distancia. Y que unidas en el dolor , encontramos amor y fuerza para seguir.

Conmemoremos este dia, a la distancia, virtualmente, pero juntas. Recordando a nuestros hijos.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Que nos puede salvar?

Dedicado a Lorena... y a todos aquellos que buscan su rumbo y una explicación...
Cuanto que llueve, miro por la ventana e imagino que cada gota es una lágrima. De sufrimiento o de alegría. Y que es tan útil esa gota para que en la tierra crezcan las flores, las plantas.. Y que de esas mismas plantas se alimentan los animales que después nos alimentan a nosotros. El circulo de la vida está y somos prueba cierta de que existe una mente superior que nos piensa.
Prefiero pensar que en los días de lluvia, cuando alguien se casa, cada gota que cae es un día de felicidad y no al revés.
El día que me casé con Santi , esperaba a Isabella, estaba radiante, feliz y llovió.... no mucho.. Supongo que esas pocas gotas que cayeron simbolizan cada día que estuvo en mi panza. Días de felicidad absoluta.
Intento pensar que su pérdida no es producto de algo que hice mal o un castigo que me devino del cielo.. Quiero quedarme con los pocos recuerdos que tengo, de cuando crecía dentro mío y yo le hablaba... cuando Santi llegaba exhausto del trabajo y se dedicaba a acariciar mi panza y ella le respondía con pataditas... (Claramente sabia que lo prefería a él, que a mi, que protestaba todo el día en la oficina). De hecho siempre supe que seria la nena mimada de Papa.
Y ahora no esta, y a pesar de no tenerla, extrañarla y dolerme esta realidad, intento pensar que si hay un orden en este mundo, ese orden o desorden me incluye.
Dejé de preguntarme. Deje fluir mis sentimientos y avanzar... como pueda.. como me salga... como me permita el cuerpo... pero avanzar.
Hoy cada día que llueve y miro por la ventana, pienso que cada gota que cae, pueden ser lágrimas de todos los que perdimos hijos... o días de felicidad que están por venir.. Según como ande mi día...intento que sea lo segundo más que lo primero... y muchas veces me obligo a pensar así...estoy empezando a creer que la esperanza es lo único que nos salva... y no la pienso perder.... Si ese es el camino, como dice mi amiga Gaby, por ahí rumbearé... aunque muchas veces sienta que he perdido el rumbo... La esperanza será mi guía en este camino oscuro... hasta encontrar nuevamente la luz que me lleve a vos.

martes, 2 de marzo de 2010

Los otros y el dolor

Hoy pensaba en todas aquellas personas que me escriben, algunas solitarias por elección otras solitarias por no tener opción , todas compartían el mismo interrogante: que pasa con la gente que nos rodea?
Creo que tenemos que dejar de esperar que los demás puedan ponerse en nuestro lugar y entiendan o sientan nuestro dolor. Muchas veces aquellas personas que solían rodearnos también experimentan sufrimiento. Eso no implica que puedan contenernos, escucharnos y estar a nuestro lado. Ellos también perdieron un ser querido o simplemente no pueden conectarse con nosotros a través del dolor.
Pasamos la vida conectándonos con infinidad de situaciones y experiencias. Pero la pérdida de un hijo se diferencia de todas las demás por ser antinatural y la mas dolorosa de todas las pérdidas que un ser humano pueda experimentar.
La mayoría de nosotros preferimos mirar para el costado, evitando enfrentar esta realidad que es parte de la vida, pero que sin embargo nos resistimos a aceptar. Y llega un día en que a cualquiera de nosotros nos toca la puerta la desgracia, y el tema se instala en nuestra vida como nuestra sombra. Y jamás tuvimos tiempo para siquiera pensarlo, porque nos parecía lejano y distante. No tenemos opción, estamos obligados a encontrarla cada mañana y recomponer, recomenzar, revivir para poder seguir.
No tenemos en este punto posibilidad de elección. Los demás si.
Sea por egoísmo o por propia cobardía, si no lo vivimos, preferimos no procesarlo o simplemente pensamos que es algo que solo les pasa a otros. Hasta que nos pasa, y cuando nos pasa, estamos solos, pero nos acordamos de aquellos que tuvieron que pasarlo y quizá nosotros en ese momento no pudimos estar.
No culpemos a los demás si no pueden acompañarnos, pensemos en cambio, que podremos acompañar a otros cuando sea el momento.
Hemos sufrido, pero también hemos amado.
Hemos llorado, pero también hemos sonreido.
Hemos perdido, pero también habremos ganado.

lunes, 1 de marzo de 2010

No nos olvidemos del amor

El amor puede presentarse de mil maneras distintas: hacia un hermano, amigo, vecino, padre. Pero el amor hacia un hijo trasciende las fronteras de las demás formas de amar y nos enfrenta con nuestra propia imagen.
Un Hijo es todo aquello que somos pero también aquello que podremos llegar a ser. (en potencia). Un hijo nace de nuestro cuerpo y crece con nosotros, de alguna manera y sin quererlo, podemos llegar a proyectar en ellos todo aquello que nosotros quisimos ser o todo aquello que querríamos que el otro fuera. Un hijo nos enfrenta con nuestra propia imagen distorsionada. Por que es otro. No somos nosotros pero es, en parte, nuestro ser.
Por eso es tan duro y terrible que un hijo a que soñamos, dimos vida, o educamos muera. Cuando esto sucede, muere también una parte de nosotros. Es como sentir que parte de nuestro cuerpo se fue con él así como también todas aquellas cosas que pudimos haber vivido, soñado, realizado. Todo los proyectos “de” quedan truncos dando lugar a la frustración que acompañará la pena diaria.
Pero nosotros seguimos acá, los días siguieron pasando y estamos obligados a continuar y aceptar esto que nos tocó. Lo que debiéramos poder ver es que el sentimiento es algo etéreo, que no se puede definir ni medir y que entonces podemos encontrar parte de “ese” amor en otros amores, distintos, no tan intensos pero que nos pueden ayudar en este proceso. Amores nuevos, amores viejos, amores de reencuentro. Por que lo mágico de la vida es volver a encontrarse después de que uno se pierde. En ese encuentro experimentar que podemos amar de nuevo, aunque el amor no sea el mismo, aunque la despedida diaria duela. Lo importante es re encontrar el amor, donde sea que esté.

International Babylost Mothers Day- INCREIBLE