Pensé que todo sería mas fácil después de 9 meses de agonías. Cada mañana me despierto despidiendo tu ausencia. Es increíble el espacio que puede ocupar un recuerdo en la vida de los que nos quedamos acá. Particularmente no dejo de extrañarte. No hay momento en que no estés presente en mi vida. Dejé de escuchar a la gente que me dice que siga adelante, como si pudiera borrar esos 9 meses de crearte y estos 9 meses de continuas despedidas.
Hay tantas cosas que duelen que no podría ni acabar contándolas. Si, uno se pone mas sensible, quizás hasta hipersensible. Pero no es algo que pueda "moldear" no es una faceta de mi carácter. Es la profunda herida de una injusticia de la vida que jamás sabré como explicarme y explicarte.
Se que la gente espera que ya no hable del tema, o que me alegre con panzas ajenas.(como si otro bebe cerca quitara la pena en el alma que tengo desde que te dije adiós). Estoy cansada de explicar que por mas optimista que quiera ser, tu ausencia me oprime el pecho, me asfixia, me invalida. Sufro de momentos de intenso dolor, horas de silencio poblado de imágenes, sueños y deseos truncos que ni ayer , ni ahora ni mañana podrán concretarse. Y es esa sensación constante de desconsuelo mezclada con alguna que otra alegría.
Extraño esa felicidad que disfrutaba antes de entrar en este camino de sueños rotos y a pesar de que muchos crean que me hace mal la felicidad ajena, solo se me ocurre rogar a la divinidad que nadie tengan que pasar por lo que nosotras pasamos. Y aún así me sorprendo con lo poco comprensivos que pueden ser incluso las personas que están mas cerca de uno y han vivido tu adiós desde segunda fila. No solo he tenido que dejarte ir, sino también a todas aquellas personas que no tuvieron el valor de acompañarme o sencillamente les pareció que el proceso tenia fecha de vencimiento y se quedaron en el camino.
Hay tantas cosas que duelen que no podría ni acabar contándolas. Si, uno se pone mas sensible, quizás hasta hipersensible. Pero no es algo que pueda "moldear" no es una faceta de mi carácter. Es la profunda herida de una injusticia de la vida que jamás sabré como explicarme y explicarte.
Se que la gente espera que ya no hable del tema, o que me alegre con panzas ajenas.(como si otro bebe cerca quitara la pena en el alma que tengo desde que te dije adiós). Estoy cansada de explicar que por mas optimista que quiera ser, tu ausencia me oprime el pecho, me asfixia, me invalida. Sufro de momentos de intenso dolor, horas de silencio poblado de imágenes, sueños y deseos truncos que ni ayer , ni ahora ni mañana podrán concretarse. Y es esa sensación constante de desconsuelo mezclada con alguna que otra alegría.
Extraño esa felicidad que disfrutaba antes de entrar en este camino de sueños rotos y a pesar de que muchos crean que me hace mal la felicidad ajena, solo se me ocurre rogar a la divinidad que nadie tengan que pasar por lo que nosotras pasamos. Y aún así me sorprendo con lo poco comprensivos que pueden ser incluso las personas que están mas cerca de uno y han vivido tu adiós desde segunda fila. No solo he tenido que dejarte ir, sino también a todas aquellas personas que no tuvieron el valor de acompañarme o sencillamente les pareció que el proceso tenia fecha de vencimiento y se quedaron en el camino.
Otras en cambio, han estirado su mano y su corazón para ayudar a sanar el mío. Personas que resistieron la tristeza, acompañaron en silencio y brindaron su cariño de modo desinteresado.
Será verdad que me las enviaste vos?