Si pudieras leer mi mente entenderías que no existe posibilidad de olvido, ni deseo de dejar atrás lo que pasó. Lo vivido me persigue, me acecha. Nuestra propia sombra se transforma en enemiga.
Y aunque quisiera no puedo olvidarte, menos superar tu pérdida. Tu recuerdo me traiciona cuando duermo, me despierto con tu imagen alejándose, despidiéndote.
Que hoy no estés aquí no es consecuencia del destino, no hay un Dios que te haya quitado de mi lado por alguna razón. Es la no explicación de una injusticia que me dio la vida, un cachetazo a la ilusión de ser feliz finalmente y poder morirme en paz por haber hecho realidad todo lo que alguna vez soñé.
Capaz si estuvieras, mi vida sería tan perfecta que ni yo creería que fuera cierto. Algunas personas tienen dinero, otras bellezas, otro éxito...Yo con todo el amor del mundo te di vida.
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