Celebrar la vida a pesar de todo, valorando las pequeñas cosas cotidianas. Refugiarse en los afectos, sentir con el alma. Darle sentido a nuestra existencia para poder subsistir.
Encontremos aquellos placeres que nos acerquen a la felicidad y disfrutemos sin culpas el seguir vivos. Nuestro camino es este, transitemoslo con dignidad.
Transformemos esta experiencia de tal modo que nos enriquezca. No podemos cambiar lo que pasó, ni volver el tiempo atrás.
Aferremonos a la vida porque todavía nuestro momento no llegó. Acortar el camino no es la respuesta. Quizá la lección mas importante que tengamos que aprender es a vivir el día a día sin planificar el mañana.
Lloremos, sin olvidar que también podemos soñar. Solo depende de nosotros.
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